Los vestidos joya basados en la opulencia de los años sesenta que componían la pasada propuesta de alta costura han dado paso a una nueva colección mucho más contenida y, sin embargo, no por ello menos couture. John Galliano ha definido su nueva composición como "alta costura, fresca y refinada". Ciertamente, el diseñador gibraltareño resta espectacularidad a su cita en París en favor de una estética que recupera aspectos puramente clásicos que caracterizaron a la maison en sus momentos álgidos, hace ya seis décadas.
Se trata de una impecable selección de vestidos, abrigos de corte trapecio y faldas a media rodilla con suaves tintes gris, caramelo, malva, violeta y verde menta, que se sirven de elementos como el tul y la organza para dar lugar a piezas transparentes combinadas con detalles lenceros y corsetería. El definitivo toque fetichista se basa en personajes del pasado -concretamente en Lisa Fonssagrives, modelo de Dior en los años cincuenta y esposa de Irvin Penn- pero también en iconos franceses de la moda actual, dígase el concepto french chic de Carla Bruni-Sarkozy.
En materia de complementos, destacan un fantástico menú de sombreros retro con tachuelas y maxicollares de varias vueltas y pedrería.
Por Pedro ZozayaEn materia de complementos, destacan un fantástico menú de sombreros retro con tachuelas y maxicollares de varias vueltas y pedrería.
Fuente: http://www.vogue.es
No hay comentarios:
Publicar un comentario