Los secretos de Vázquez, la casa especializada fundada en 1939.
De sombrero en sombrero se hizo famosa la casa Vázquez, que se especializa en accesorios para damas desde 1939. Es la única que los continúa confeccionando a mano, de la mano de una modista fina de sombreros, Teresita de 94 años, con telas seleccionadísimas de Europa.
La esquina, Paraguay y Suipacha, es el recorte de otro tiempo. El recorte de una época donde las sombrereras se codeaban apretujadas en esa zona, desde la Avenida Córdoba a la Avenida Santa Fe. "En los 40 era considerado impúdico salir con la cabeza desnuda. Desde el servicio doméstico hasta los más adinerados usaban sombreros de 8 a 18. Y por la noche apliques o voale", dice sin soltar su cigarrillo Ana María Pizzoli, esposa de Osvaldo Gerardo Vázquez y madre de Leonardo y Mariano. Su fundador es Bautista Vázquez, quien ostenta erguido y en silencio sus 97 años. Así como el diploma del mejor seleccionador y teñidor de plumas del mundo.
"Si llegás a tener la gracia de que mi abuelo te atienda, te mira de arriba a abajo y te muestra un único sombrero. ¡Y por nada del mundo te muestra otro! De ese modo, se conserva el prestigio de Vázquez", afirma Leonardo, de 31 años, que fiel a la tradición conoce los detalles del oficio.
Las cajas redondas, apiladas en los estantes, contienen formas de pajas italianas, tocados, cintas suizas, puntillas y capelinas. "La calidad de un sombrero se refleja en su liviandad", define Ana María mientras exhibe los apliques de flores, cuyos pétalos fueron cortados y cosidos a mano, uno por uno. Y afirma que: "siempre se tiene cara para usar sombrero. Lo importante es encontrar el adecuado" .
De sombrero en sombrero se hizo famosa la casa Vázquez, que se especializa en accesorios para damas desde 1939. Es la única que los continúa confeccionando a mano, de la mano de una modista fina de sombreros, Teresita de 94 años, con telas seleccionadísimas de Europa.
La esquina, Paraguay y Suipacha, es el recorte de otro tiempo. El recorte de una época donde las sombrereras se codeaban apretujadas en esa zona, desde la Avenida Córdoba a la Avenida Santa Fe. "En los 40 era considerado impúdico salir con la cabeza desnuda. Desde el servicio doméstico hasta los más adinerados usaban sombreros de 8 a 18. Y por la noche apliques o voale", dice sin soltar su cigarrillo Ana María Pizzoli, esposa de Osvaldo Gerardo Vázquez y madre de Leonardo y Mariano. Su fundador es Bautista Vázquez, quien ostenta erguido y en silencio sus 97 años. Así como el diploma del mejor seleccionador y teñidor de plumas del mundo.
"Si llegás a tener la gracia de que mi abuelo te atienda, te mira de arriba a abajo y te muestra un único sombrero. ¡Y por nada del mundo te muestra otro! De ese modo, se conserva el prestigio de Vázquez", afirma Leonardo, de 31 años, que fiel a la tradición conoce los detalles del oficio.
Las cajas redondas, apiladas en los estantes, contienen formas de pajas italianas, tocados, cintas suizas, puntillas y capelinas. "La calidad de un sombrero se refleja en su liviandad", define Ana María mientras exhibe los apliques de flores, cuyos pétalos fueron cortados y cosidos a mano, uno por uno. Y afirma que: "siempre se tiene cara para usar sombrero. Lo importante es encontrar el adecuado" .
Fuente:Jéssica Fainsod.
jfainsod@clarin.com
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